viernes, 23 de noviembre de 2012

Y llega ese día en que te miras al espejo y no te reconoces. ¿Dónde están tus ojeras y tu flequillo? ¿Qué ha sido del brillo de tus ojos? Todo eso ha sido sustituido por un vacío acaparador y desbordante. 
¿Qué fue de lo que eras hace un año? Del sufrimiento, del desgarro. 
¿A dónde fueron tus ganas de huir? Correr, gritar, saltar. Ya no eres tú. Ya no soy yo. 
Ya ni siquiera en escribir encuentro estabilidad, ni siquiera esto me sacia. 
Inquietudes, preguntas y vacío otra vez. 
Mi elixir no es eterno, ni tan siquiera elixir. Llegará el día en que me vuelva a preguntar el porqué de todo esto y tiemble al escuchar la respuesta.
Nadie, nunca, nada, no.